Cartuja de Cazalla de la Sierra

Reseña histórica de la Cartuja de Cazalla de la Sierra (Sevilla) 

Los restos de lo que fue el Monasterio Cartujo de Cazalla de la Sierra se sitúan en una meseta caliza en donde brota un manantial inagotable a 30 m. de altura sobre el valle del Huéznar.  Esta localización explica que desde los tiempos más remotos dicho lugar haya estado ocupado por asentamientos humanos, en muchos casos con fines religiosos. De esta ocupación, son de destacar las siguientes etapas:
·         Los estudios arqueológicos ponen de manifiesto un asentamiento anterior al paso de los fenicios cuando abrieron “La Ruta de la Plata”.  
·         Cuando los musulmanes alcanzaron esta comarca en el s. VIII y explotaban las minas del cercano Cerro del Hierro, el gobernador o Walí de esta comarca estableció su residencia en este lugar, quedando restos de una mezquita, un molino harinero y un molino de aceite de aquella época.
·         En el Libro de la Montería, de Alfonso XI, s. XIV, se hace referencia a este lugar como “El Castillejo”, donde se podían cazar osos en invierno y en verano.
·       Años más tarde, el rey Pedro I, el Cruel, tuvo aquí un pabellón de caza donde, según la tradición, estuvo invitado el Príncipe Negro, Eduardo, Príncipe de Gales, mercenario importante de la época, que con sus tropas cooperó decisivamente en la victoria de Pedro el Cruel sobre su hermanastro Enrique en Nájera.
·         En 1418 Fray Lope de Olmedo funda aquí un Monasterio Jerónimo, filial de San Isidoro del Campo en Santiponce.
·         En 1476 el Monasterio Jerónimo pasa a la orden de los Cartujos, que siguiendo su tradición mantienen abierta la Hospedería, junto a la capilla exterior a la que denominan "Capilla del Peregrino". El Monasterio toma la advocación de la Concepción de María.
·         En 1810 el monasterio es saqueado y muy dañado por las tropas napoleónicas.
·      En 1836, por las leyes de Desamortización de Mendizábal, los cartujos abandonaron el monasterio, el cual fue vendido a sucesivos dueños que lo expoliaron hasta llegar a un estado ruinoso en que sólo servía de corral para el ganado.
·         Afortunadamente, en 1977, fue adquirido por Carmen Ladrón de Guevara y Bracho, quién lo restauró y logró convertirlo en un proyecto Turístico-Cultural de relieve internacional, transformando lo que fuesen portería y capilla de peregrinos en la nueva “Hospedería La Cartuja”.
Juan Calymene.2014

Más información:

Monasterio filial de la Cartuja de Sevilla
Al objeto de crear un lugar de esparcimiento y retiro de los monjes cartujos que les apartara de las obligaciones que la metrópoli les ocasionaba, el prior de la de Santa María de la Cuevas de Sevilla, Fernando Torre, promueve y busca un lugar adecuado para establecer un monasterio a tal fin. Tras el fallecimiento de dicho prior los monjes hispalenses lo solicitan mancomunadamente al Capítulo General de la Orden, que otorga licencia en 1476.
El Monasterio de la Cartuja de la Inmaculada Concepción fue edificado por los monjes de la Orden de San Bruno, filial al de Santa María de la Cuevas, comenzando sus obras sobre el año 1503, cuando los monjes covitanos fueron conminados a procurar los medios necesarios mediante misiva del Capítulo General. Constituye una excepción al ser el único monasterio cartujo que se crea como filial de otro. El Capítulo General incorpora en 1504 la casa de Cazalla de la Sierra a la Orden. El Monasterio toma la advocación de la Concepción de María, nombrando como primer prior a Bartolomé Guerrero.
La circunstancia de ser filial ocasionó serios problemas de financiamiento, que unidos a los votos propios cartujos, condujeron, como una solución a la situación, hasta nueve intentos de trasladarse. Así el primero en 1534 a Huelva, a Málaga en 1588, a Álora en 1611 y en 1624, en 1631-1638 a El Pedroso y Antequera, a Córdoba en 1697 y 1715. En todo caso, todos los intentos fueron fallidos.
El pintor Francisco de Zurbarán residió en Llerena de 1617 a 1628, la cual se encontraba en aquel entonces bien comunicada con Cazalla de la Sierra, por lo que existe la opinión de que sus cuadros sobre cartujos que en 1633 se colgarían en la sacristía de la Cartuja de Sevilla debieron ser pintados en el cenobio cazallero.
Cartuja de la Inmaculada Concepción
En la década de 1730 el condicionado de una donación obligando a que las rentas queden en este monasterio y no vayan a la casa matriz permitirá por fin la segregación de la misma, al obtener su autosuficiencia.
El benefactor del monasterio será Pedro de Aguilar en 1750, letrado vecino de Llerena, que conocedor de la precaria situación ayudará a esta comunidad donándole su fortuna y trayendo artesanos desde Extremadura que construirán la espadaña barroca de similar factura a la de Jerez de los Caballeros. A cambio de la rehabilitación del monasterio, edificará una dependencia en la segunda planta del Claustro de Legos, en la que residirá el resto de sus días, dentro de la paz y el silencio del recinto pero con licencias vedadas a los monjes como el consumo de carne al disponer de cocina propia.
Pedro de Aguilar se reservó un privilegio, el de poder hablar duarnte una hora al día con el monje que él eligiese, exponiendo como fin el averiguar cómo influía en la mente de los monjes el voto de silencio. Dada la finalidad científica se le aceptó la solicitud; lamentablemente no queda información sobre tales observaciones.
Se terminan las obras y comienza un despegue dándose su mayor esplendor bajo el prior Francisco Sobral a partir de 1753.
Con la invasión francesa en 1810 el monasterio es saqueado por las tropas invasoras y los cartujos cazalleros sufren su primera expulsión, regresando la comunidad en 1814 tras la guerra, recuperan las edificaciones e inician su rehabilitación.

Ruinas de la Cartuja de Cazalla
Tras la expropiación y exclaustración, ordenadas por las leyes de Desamortización de Mendizábal en 1836, los monjes cartujos deben abandonar el monasterio, ahora definitivamente. La comunidad se disgrega, dispersándose sus monjes que han de vivir de la mendicidad.
El monasterio será expoliado por los sucesivos propietarios, el Estado se queda con sus bienes materiales a excepción de los objetos de culto que son requeridos por la Iglesia y, después, se suceden más de una cuarentena de propietarios particulares, llegando a ser usado el recinto como simple refugio para el gandado; hasta llegar todo el conjunto a un estado ruinoso, al borde de la desaparición.
Rehabilitación del Monumento
En 1977 pasa a manos de María del Carmen Ladrón de Guevara Bracho, que inicia la rehabilitación del conjunto monacal, comienza reactivando otra vez la hospedería, ahora como hotel de tres estrellas; así lo que antes fuesen portería y capilla de peregrinos serán transfromadas en la nueva "Hospedería La Cartuja". 


Planos cortesía del Instituto Nacional Geográfico

 

Plano de 1918


























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